(panacentaura de Marte)
de las cosas que rescatamos para nuestro viaje, encontramos ahora entre la ropa un disco de Spinetta: una de las pocas pruebas que hay en Marte de que alguna vez nosotros vivimos en otro lugar, y que ese otro lugar tenía una historia previa y a nuestro alrededor, de alguna manera para nosotros. y nos hicimos de una pequeña parte de esa historia para desaparecer como desaparecen las cosas que se olvidan
-ponelo
dijo ella mientras se acomodaba en la cama y adoptaba la pose de “escuchar un disco viejo”. era un vinilo viejo, de los chiquitos, y sin etiqueta. lo sostenía en la mano algo desconcertado, sabiendo que algo estaba mal pero sin poder precisar qué era. la otra me miraba esperando
-¿ qué te pasa ?
-no, nada, ya lo pongo
dí media vuelta y fui a ponerlo, pero vagué por la habitación unos segundos. otra vez ella me preguntó qué me pasaba y extendiendo el disco hacia el aire, comprendí y le dije
-no tenemos tocadiscos. no tenemos dónde escucharlo
encendió un cigarrillo y se tapó hasta el pecho y mirando por la ventana, recitó muy lírica ella
-bienvenido el invierno
sí, se venía nuestro primer invierno en Marte
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