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dice él ( con voz de café ):

habría que ver dónde dejé mi espalda. dónde olvidé mi espalda.
tengo una voz en off que me recuerda esa carencia. ahora no puedo sostener ningún globo terraqueo, ningún niño de vecina, ninguna mochila para andar.
dice ella ( con la voz de él ):
lo que me da miedo es cambiar. ¿ a vos te da miedo cambiar ?. la verdad es que cada vez que me miro reflejada en un charco, soy otra. entonces vuelvo corriendo a casa y trato de retratarme antes de que mi mirada cambie de color otra vez. y mientras trazo las líneas de una boca de pez y acantilado, de repente la mano se me vuelve loca y empiezo a dibujar unos labios de señora y nieve. no me soporto. menstruar me duele en la femenididad. ¿ sabés ? ( dice, sonriendo como actriz de teatro que se hace la nena )... cuando era nena y mis papás gritaban mucho yo me iba a un arbolito en la esquina y me trepaba a leer cuentos...
( lentamente su expresión empieza a cambiar )
...pero es que cada página se convierte en un dedo, una costilla una pestaña una forma de mirar una forma de tocar una piedra. mis piernas se vuelven un mapa de palabras escritas por un hombre que me toca desde un lugar en 1934. y vos decís espalda y la mía es esa hoja donde se escriben las dedicatorias. ¿ querés dedicarme a mí ? y después tengo cara de polifonía y ojos de caligrama y así, me va invadiendo. viola mi memoria y me convierte en ese libro. ¿ te acordás cuando fui Eisejuaz ? ¿ te acordás cuando hablaba el lenguaje de los de Minas Altas ? acordate de aquella noche en que vos me buscabas abajo de la cama y yo te miraba desde un velador. porque no me acuerdo qué habíamos leído, y yo era una pintura de Magritte y vos su título.











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3 comentarios:

m. dijo...

no encuentro otra palabra más que vorágine, pero hay otras.

"[...]y yo era una pintura de Magritte y vos su título."


!!!


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Abril. dijo...

Ay, Mélan.


(Suspiro).

Anónimo dijo...

muy buen blog, saludos, pasa por el mio cuando gustes, paz!