Flora se enrieda en las hamacas

-versión (auto)censurada-
















caminaste la calle que no vas a nombrar. encendiste un cigarrillo porque caminar esa calle era caminar un cigarrillo gris que tan lentamente te fumaba los ojos. casi resbalando como una gota que cae, el borde de la Babia. y doblaste en una avenida grande, frente a la cosmopista de la mujer que en vez de manos tenía herraduras. una cuadra hasta la otra calle prohibida de nombrar. pero allí la plaza que nunca imaginaste en noche que nunca estuviste

caminaste la plaza sigilosamente. diste algunas vueltas en puntas de pie. te escondías detrás del humo. y la viste Flora se hamacaba sin sonreír

la viste tan nítida como un sueño. rodeada o no de otras tantas distancias como personas o lilas sin cara. y desconocías a cada una

pero viste a Flora y ella estaba en una noche que vos no, que no alcanzabas desde tu mediodía inservible y su vaivén empedernido, casi lujurioso de la hamaca, y su figura gris revuelta llena de madrugada ocupando todas las hamacas. ella jamás te hubiese visto, jamás hubiese seguido tus pasos hacia abajo de la cosmopista. Flora no compartía tus pájaros pero vos te comías los de ella con impunidad

¡ oh, intruso, y no sabías dónde estabas parado !




tuviste que darle la espalda a lo ajeno Flora, Flora y sus perturbados, casi casi ignorar tu amor de la adolescencia y caminar la calle pintada por él o por ella para que no la nombres y reconozcas el centro comunitario, trinchera de lucha y su muro amarillo escupido rasgado resguardando, que decía algo que ya sabías y atesorabas en tu orgullo turbado y añejo:


...pero nuestra derrota es mejor

nada de lo que hicimos se pierde


no pudiste o no te atreviste a imaginar los ojos que habían leído escupido resguardado los muros del centro tantas veces antes que vos, incluso, quizá, los de Flora.

todo te era ajeno y no pertenecías a nada




tu camino era un recuerdo nítido sin palabras. la avenida tan llena de voces no se abría a vos como se había abierto al cielo la primera vez que la caminaste, desde la plaza llena de lluvia

y tus pasos eran ladrones entre dos pares de ojo. Flora y Alejandra. escribiéndote sin intención ni conocimiento, sin sentido, apenas arrastrándote






















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3 comentarios:

Abril. dijo...

Tu eco bajo esta niebla.

m. dijo...

su figura y su furia gris
que es gris
y qué bueno que
nos sirva de alimento
este arruinar de madrugada.

pertenecer es lo propio.

uffff
es genial, porque te duele.

vorhis cerda premoli dijo...

sos un melanmuy grosomelan
tambien por eso de ser melan
te la das de melan