siempre volando siempre

escolta de huéspedes ajenos y sombras fraudulentas

donde nada sigue el pie de la letra

donde la letra no tiene nombre

donde los nombres son onomatopeyas

y las sombras son invisibles

en cada ceguera ausente en la blancura

de llegar a casa y saber

que todo vendaval tiene su principio y su final

en el cuello de ella

            donde todo vendaval tiene su principio y su final

entre las piernas de ella

            donde todo vendaval tiene su principio y su final

en la cola de ella

            donde cada vendaval

simula la muerte y la asfixia y la felicidad

            donde el vendaval

es libre y esclavo y fuga

sin cadenas su cuerpo hirviendo

su cuerpo temible

su cuerpo

temible

tiene principio y final en mis manos en sus manos

que equilibran la lluvia

            en sus manos que

juegan al ritmo

            en sus manos que

juegan a ser vendaval en mis piernas

en mis piernas un vendaval

que simula el amor que simula

la mentira que simula simular

una actuación fraudulenta

que se entera de su propia desaparición

cuando la calle no está lejos

cuando la calle se llena de vendavales ajenos

cuando las sombras visibles son de otros

            y el sol

que no perturba ni estimula

alberga una desesperanza semejante

a un cigarrillo consumido hasta el filtro

paradito en el borde de un

acantilado en la cordillera de las pasiones mentidas

donde el viento es

y no es