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estamos tan perdidos que nos encontramos.
Así sobrevivimos a la noche:es el silencio como un escorial. ardor como en la desnudez, como de piel tocada por primera vez. y se exceden las ternuras, las espinas, desborda el ombligo. desborda la panza, los ojos entrecerrados que no buscan. la boca entreabierta y mordida. ella se come el tabaco de mi boca y yo respiro sus gemidos. hasta estar adentro, hasta ahogarla en un final. en un último movimiento que la arranque, que la vuelva ella. que grite hacia dentro y enchastrándose de mí y mezclarnos en la oscuridad. con este cuerpo de obsidiana.
y después todo es tan fácil. tan dicho ya tantas noches. una espera más larga que la primera. recién ver la hora al agarrar el boleto. perderme en el fondo de las entrecalles. tentando un poco al sueño, al peligro de pasarme. volver como drogado, casi con otro cuerpo. ver el reflejo de mi cara en la ventanilla. mi cara tocada durante una noche por todas las manos de ella. por la boca de ella. por las piernas de ella. por cosas que no se ven. secretos que no se besan. una música que abraza y caminar solo esa última cuadra. cruzar la puerta hacia otra oscuridad, dejarla tan lejos entre mis dedos. con su olor entre mis dedos y así...
irme a dormir como si ella me tocara.
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