El vino es la redención de los días más amargos
como si buscáramos el perdón de una Madre en nuestro primer Paraízo
cuando aún descalzos
Sangre eterna entre los dedos
dibujándose en la piel como siluetas de gritos y gemidos
Amor
Sexo
como si el amor nos pudiera salvar de algo
Nos quemamos con las antorchas que prendemos en nuestro corazón
cuando nos enamoramos y al final percibimos ese placer fugaz, intenso e incomprensible
Cuando nuestros cerebros hierven fuego después del beso
un poco de vino para apagarlo
(o avivarlo) y suponer un comienzo entre las sábanas bordadas
con los dibujos del sexo que acontece
como si fuéramos ángeles y jugamos a volar o volamos hacia el juego de ser
entre las velas que pintan la noche de naranja y escarlata
leyendo la poesía adolescente que nos dio a luz entre violines y pianos,
en la desnudez de la madrugada
con nuestro corazón tan abierto
en ese momento, los sueños no parecen tan lejanos
olvidamos que somos híbridos
que nos escribimos como utopías
estamos envueltos en el horizonte como flores
bohemios hijos del insomnio
aspiramos a la depresión con una sonrisa en nuestro pecho
y en nuestro pecho, un río que nos bebe
nos bebe
nos bebe y naufragamos en nuestra propia sangre
nos redimimos ante las puertas de nuestro corazón
sobre todos eso
el ojo del dolor
que nos observa
...
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